Recuerdos que se amontonan

Que mis caricias sólo las crea el viento y mis lágrimas son proyectos de una burbuja de felicidad.
Y tus caricias eran espinas que camufladas tras los pétalos hacían de las risas el mayor de los llantos.
Las miradas traían fuego que por dentro iban quemando junto con tu aliento mi corazón.
Y esas noches que eran tesoros yo guardaba en un cajón.
Y los besos como regalos envueltos de cobardía.
Con tu cuerpo me hice un escudo y tu con el mio un buen seguro de mil noches de placer.
Tu capricho entre tus mano, mi corazón pisoteado y ahora mis ganas de sentir han quedado enterradas bajo el suelo que tu pisabas.