Olor a incienso, el sonido de los tambores, zapatillas arrastrandose... se acerca, ya llega el dia que algunos de nosotros esperamos con mucha ilusión movidos por nuestra fé, por nuestros sentimientos...
Después de muchos ensallos, noches de reuniones con la cuadrilla, todos los costaleros estamos preparados para nuestro dia. Preparamos fajas, costales, esparteras y ponemos toda nuestra fé y cariño para que todo salga bien.
Debajo del paso es momento de recogimiento, silencio y de sacar a la calle portado en nuestro costal a lo más grande para nosotros. Se viven momentos indescriptibles, algo que con palabras no se puede expresar solo se puede sentir estando ahí debajo.
En cada levantá una petición, una dedicatoria, un recuerdo, una manera especial de recordar a alguien.
Este es el segundo año que yo voy a estar ahí debajo y del año pasado puedo decir que fué inolvidable, muchas reacciones y sentimientos en muy poco tiempo.
Personalmente el ir ahí y escuchar como mi padre toca el llamador, da los tres golpes a señal para hacer la primera levantá y dice unas palabras en recuerdo de las personas que ya no estan con nosotros, algo sube por mi estomago, pienso en lo que llevo encima y no puedo contener las lágrimas y cojiendo las fuerzas que surgen de la fé y de todos los sentimientos que afloran en ese momento llevamos a nuestro cristo al cielo.
Quizá para una persona sin fé, sin estas creencias esto solo sea un pasatiempo o algo sin importancia y porsupuesto yo respeto su pensamiento , pero para todos estos chicos y chicas que vamos portando a Nuestro Padre Jesus de Medinaceli el Jueves Santo es la noche en que de verdad disfrutamos con él.
Después de muchos ensallos, noches de reuniones con la cuadrilla, todos los costaleros estamos preparados para nuestro dia. Preparamos fajas, costales, esparteras y ponemos toda nuestra fé y cariño para que todo salga bien.
Debajo del paso es momento de recogimiento, silencio y de sacar a la calle portado en nuestro costal a lo más grande para nosotros. Se viven momentos indescriptibles, algo que con palabras no se puede expresar solo se puede sentir estando ahí debajo.
En cada levantá una petición, una dedicatoria, un recuerdo, una manera especial de recordar a alguien.
Este es el segundo año que yo voy a estar ahí debajo y del año pasado puedo decir que fué inolvidable, muchas reacciones y sentimientos en muy poco tiempo.
Personalmente el ir ahí y escuchar como mi padre toca el llamador, da los tres golpes a señal para hacer la primera levantá y dice unas palabras en recuerdo de las personas que ya no estan con nosotros, algo sube por mi estomago, pienso en lo que llevo encima y no puedo contener las lágrimas y cojiendo las fuerzas que surgen de la fé y de todos los sentimientos que afloran en ese momento llevamos a nuestro cristo al cielo.
Quizá para una persona sin fé, sin estas creencias esto solo sea un pasatiempo o algo sin importancia y porsupuesto yo respeto su pensamiento , pero para todos estos chicos y chicas que vamos portando a Nuestro Padre Jesus de Medinaceli el Jueves Santo es la noche en que de verdad disfrutamos con él.
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